La recolección se hace con el mayor cuidado para no dañar el fruto, y el transporte al molino se realiza en la mayor brevedad posible para evitar la formación de hongos y malos olores. Seguidamente se procede a una molturación muy cuidadosa, a baja temperatura y de muy bajo rendimiento, permitiendo conservar todas las cualidades que la oliva, bien tratada, es capaz de proporcionar.
Aceite con estilo propio. Aromas muy afrutados que recuerdan la planta de la tomatera, y la almendra tierna. Gran finura en boca, de sabor dulce con un ligero toque amargo al final del paladar.