Juan Jesús, el enólogo, ha logrado aprovechar al máximo el potencial del terroir y la auténtica expresión de nuestro paisaje.
La vendimia se llevó a cabo en la primera semana de octubre, con una maceración prefermentativa en frío y una fermentación espontánea peculiar.
La fermentación maloláctica se realiza en barricas de roble francés, donde el vino envejece durante seis meses, y luego se traslada a barricas de roble americano de 225 litros para su envejecimiento adicional durante otros seis meses.
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